El síndrome del impostor en las altas capacidades

Un mito es un discurso o razonamiento preñado hasta la boca de ignorancia. Por lo general, se nutre de imágenes distorsionadas, también conocidas como estereotipos, sobre la realidad. Parafraseando al genio alemán, es más fácil desintegrar un átomo que un mito/estereotipo.

En entradas previas he ido hablando de muchos mitos, desde los más conocidos a los menos evidentes. Y aquí añadiré otro mito sutil más: la absurda idea de que una persona, por el mero hecho de ser identificada (o de sentirse identificada) con altas capacidades intelectuales, sabe qué son las altas capacidades intelectuales.

Nada más lejos de la realidad.

Precisamente el tema de hoy rechaza de plano esa idea. El síndrome del impostor que sienten muchos adultos con altas capacidades frente o al lado de otros adultos con altas capacidades denota que los primeros aún son presos de los más diversos mitos asociados a este colectivo. Creen equívocamente que sus dones o sus prestaciones «no están a la altura» de otros. También, que lo suyo «no es para tanto». O que «he tenido suerte» o «buenas compañias» para lograr cosas. Las altas expectativas asociadas míticamente a esta etiqueta realizan la labor de desgaste que produce esa sensación de ser un impostor al lado de otros con similar complejidad cognitiva. Resalto lo de cognitiva para no olvidar que esa es la marca diferencial de las AACC. No la empatía, ni la superioridad moral, ni que te molesten mucho las etiquetas, ni que seas emocionalmente intenso… No, nada de esto último forma parte inherente del constructo, por más que lo leáis o escuchéis en muchos foros o en muchas redes sociales. Se está construyendo un muro de estereotipos positivos en torno a este fenómeno que está logrando oscurecer el eje sobre el que se debe de construir la casa: la cognición.

En el seno de Redaci el síndrome del impostor es uno de los patrones más frecuentes con el que nos hemos encontrado, para sorpresa de inicio y análisis minucioso después. La diferencia con el original, que ahora veremos, es que no es necesario que sean personas de éxito que minusvaloran sus logros. Simplemente son personas con habilidad cognitivas por encima de la media que perciben que no están a la altura de las expectativas de logro asociadas a la etiqueta en forma de mito sutil. De algún modo, se sienten que no están en el lugar adecuado o que no pueden «aportar» todo «lo que se espera» de ellas por tener AACC. Nada de esto es real, pero la sensación es muy poderosa y se basa en la interiorización de ese mito.

EL SÍNDROME DEL IMPOSTOR

El término “Síndrome del Impostor” fue acuñado por dos psicólogas clínicas en 1978, Pauline Clance y Suzanne Imes, después de llevar años trabajando con mujeres que llevaban historial de gran éxito académico y laboral que, paradójicamente, no se describían a sí mismas como exitosas y vivían constantemente con una sensación de falsedad.

Según Clance, el síndrome del impostor es una experiencia interna de fraude intelectual que se da en personas de éxito que no son capaces de interiorizar su propio éxito. A pesar de esto, la doctora Clance no considera este síndrome como una enfermedad sino como un trastorno que interfiere con el bienestar general de la persona.

Cuando el síndrome del impostor es crónico, la persona afectada tiene serios problemas para aceptar que su éxito se deriva de sus propias habilidades lo cual, además, alimenta la ansiedad y las dudas que la persona tiene con respecto a las propias capacidades. 

CICLO DEL SÍNDROME DEL IMPOSTOR

SÍNTOMAS Y SOLUCIONES

REFERENCIAS

https://www.oberlo.es/blog/sindrome-del-impostor


2 respuestas a “El síndrome del impostor en las altas capacidades

  1. Gracias, Jose Luis, por este artículo. Muy interesante. En nuestro caso es totalmente real. En contraposición con el comentario anterior, creo que es muy real este síndrome absurdo, porque lo es. Es un autoboicot constante y cada vez mayor…. Los adultos más mayores lo manejamos como podemos, pero los recientemente adultos… lo llevan muy regular. Es muy llamativo y claro. Pero ellos no se dan cuenta, ni se dejan guiar (ya son adultos!)… Le he pasado un par de cuadros de esta página, a ver si es posible que llegue a entender…. de donde vienen sus problemas. Repito las gracias. Un abrazo fraternal a toda la comunidad ACI!!!

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  2. Creo que este término no es aplicable a las AACC, primero, porque para padecer este síndrome hay que tener éxito, segundo, porque las AACC no son ningún mérito y lo que habría que hacer es huir de las expectativas de éxito creadas por estereotipos; y tercero porque lo que realmente hay en este mundo internético de las AACC es mucho impostor real que se cree que por haber sacado más de 130 CI la quinta vez que hizo el test de internet merece un respeto.

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