
Vivimos en la era neoténica de la búsqueda de los focos, de la atención, del impacto de la imagen, de la forma sin fondo.
Vivimos mostrando en lugar de demostrando.
Vivimos respondiendo en lugar de comprendiendo. Vivimos bajo la gobernanza del insulto en lugar de la razón.
Vivimos cerrando los ojos a lo objetivo, a lo lejano, a lo que «no me afecta». Vivimos abriendo los ojos a lo subjetivo, a lo cercano, a lo que «me afecta». Los griegos llamaban idiotas a quienes se despreocupan de lo publico.
Vivimos en la era de la interpretación frente o contra los hechos. Vivimos en la era en la que todas las opiniones tienen el mismo valor por el mero hecho de ser una opinión. Si estás enfermo vale lo mismo el consejo de tu cuñadismo que el de un médico.
Vivimos esperando, vivimos exigiendo, vivimos quejándonos de nuestra mala suerte. Vivimos siendo pasivos o reactivos. Qué inventen o hagan otros, pero que lo hagan como yo lo haría si tuviera cojones de hacerlo, claro.
Vivimos en la era de la nadería, del ruido mediático, de los zascas virtuales, del impacto súbito sin continuidad.
Vivimos en la búsqueda de la píldora de la felicidad sin esfuerzo. Vivimos en la búsqueda del aspecto juvenil, fuente de energía y poder. No es la era de los viejos ni de los sabios, ni de los calmos ni de la serenidad.
Vivimos en la era de la crispación y del odio a quien no piensa, actúa o aparenta lo mismo que yo, centro único del universo y merecedor de todos los derechos sin obligación alguna.
Vivimos en una corriente autodestructiva de la que es necesario huir. Hacer de salmón aunque te cueste la propia vida.
Coincido plenamente contigo, José Luis. Es reconfortante constatar que hay más salmones remontando la corriente.
Saludos.
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Gracias. Así es, hay muchos salmones aunque se nos escuche menos porque andamos enfaenados subiendo contra la corriente. Un saludo
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El honor es mío, José Luis! Un abrazo
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Llevo mucho tiempo queriendo escribir algo así en mi blog (y creo que si se leen bastantes de mis posts hablan de lo mismo o se intuye ese mismo pensamiento), pero la verdad es que has sido capaz de concretar en pocas líneas todo lo que pienso sobre a dónde vamos.
Y sí, compañero salmón: yo también me he sentido siempre muy «a contracorriente» con la era que me ha tocado vivir.
Felicidades por el blog y gracias por este post en concreto. Totalmente identificada.
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Gracias a ti por valorarlo y llevarlo a tu espacio personal. Un honor.
Así nos sentimos muchos, aunque no hagamos tanto ruido porque estamos trabajando.
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